Zúrich, bautizo de Vueling

Así fue el aterrizaje en Zúrich, un rápido bautizo que inauguró los vuelos desde Barcelona y que llevó a un grupo de periodistas a conocer, durante un fin de semana, los encantos de la mayor ciudad de Suiza.


Los aeropuertos de todas las ciudades suelen ser muy parecidos, casi intercambiables. Pero cuando aterrizas en Zúrich, una rápida ojeada a tu alrededor te permite adivinar, aunque viajes con los ojos vendados, que estás en Suiza por las decenas de gigantescas pantallas anunciantes de relojes que te rodean. Eso debería tranquilizar a cualquiera que vaya a tomar un avión, estamos en el país de la puntualidad, el lugar donde todo funciona como un perfecto engranaje, y además de lujo. Welcome to Zúrich, o mejor dicho, Willkommen!


Nada más sencillo que llegar a Zúrich desde su aeropuerto. El tren, que cuesta 6.40 francos suizos (el equivalente a unos cinco euros) te lleva en apenas 15 minutos, al mismo centro de la ciudad, al inicio de su avenida principal, Bahnhofstrasse, donde se concentran la mayoría de oficinas, bancos y tiendas de lujo. Diversos tranvías recorren la avenida con precisión suiza, llevándote a cualquier rincón de la urbe en lo que parece son casi siempre trayectos de no más de siete minutos. Los tranvías tienen siempre la preferencia, así que debes poner mucha atención cuando cruces. Otro medio de transporte muy popular, sobre todo cuando desparece la nieve de las calles, es la bicicleta, que además de sus propias vías dispone de multitud de senderos paralelos al río, los que bordean el lago y los que se adentran en los bosques que rodean Zúrich. 

Barcelona-Zúrich con Vueling.com

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