Islas Åland, el lujo de perderse en el Báltico I

Sigo con mi periplo por países nórdicos, esta vez Finlandia, un archipiélago muy particular, Åland, que pese a ser finlandés se siente sueco.




El sol de medianoche acentúa los colores de unas islas bañadas por un mar de aguas tranquilas, un lugar para navegar o recorrer sus senderos en coche o sobre dos ruedas, motorizadas o no.
Texto y fotos: Maribel Herruzo

Visitar Åland es como estar en dos países a la vez, porque una de las particularidades de este archipiélago es que pertenece a Finlandia pero tiene el sueco como única lengua oficial e influencias culturales de los países escandinavos que lo rodean. Además, una amplia autonomía les permite dictar sus propias leyes y disponer de sus propios presupuestos regionales. Son más de 6.500 islas e islotes de los cuales muchos están deshabitados pero accesibles, en verano en barcas y ferries y, en invierno, cuando las aguas del Báltico se congelan, en motos de nieve.

Mapa del archipielago de Åland 
Maneras de viajar
Llegué hasta aquí después de volar hasta Estocolmo y coger un ferry de la compañía Viking Line, que realiza el trayecto desde Suecia al archipiélago con asiduidad. Ya en el trayecto se podía intuir que tipo de paisaje iba a descubrir: islas separadas por apenas una lengua de mar -mar que en esos momentos, y durante toda la semana, asemajaba más a un tranquilo lago- casitas de madera color vino rodeadas de árboles, tranquilidad y heavy metal. Sí, el barco iba repleto de familias seguidoras del metal, algo que parece ser muy habitual en toda Finlandia.

restaurante Segel Paviljongen,
Club Naútico de Mariehamn. Foto © Maribel Herruzo

Mariehamn es la ciudad donde residen la mayoría de los isleños, una tranquila población sembrada de casas de madera, con un barrio marinero, Sjökvarteret, aún activo, numerosos artesanos y diseñadores y restaurantes que permiten contemplar durante los meses estivales una de las más bellas y dilatadas puestas de sol del hemisferio norte. En el restaurante Segel Paviljongen, que aparece en la fotografía, se suelen reunir una vez al mes los marineros que han disfrutado el honor y la aventura de rodear el Cabo de Hornos. No en vano el nombre del local, en sueco, significa Pavellón de las Velas, y está situado en el Club Naútico de Mariehamn. 
Café Bagarstugan, Mariehamn. Foto © M. Herruzo
Como ya he dicho, la ciudad está repleta de cafés como el de la foto, Bagarstugan café & vin, y pequeñas tiendas de artesanía donde queda patente la influencia escandinava (Finlandia, pese a ser un país nórdico, no pertenece al grupo escandinavo, aunque el archipiélago de Åland sí podría considerarse como tal por sus lazos con Suecia). En el mismo barrio marinero se halla el Centro artesano SALT, donde seis diseñadoras tienen sus talleres y trabajan codo con codo en distintas producciones de tejidos, cerámica y joyas.

Para perderse no hace falta más que recorrer unos cuantos kilómetros y adentrarse en el interior de la mayor de las islas o escaparse a alguno de los islotes para sentir esa cada vez más singular sensación de estar lejos de todo, relajarse, olvidarse del reloj y dejarse llevar por el sosegado recorrido del sol. En nuestro camino podemos cruzarnos con ciclistas que escogieron cruzar la isla sobre ruedas, siguiendo el camino de la antigua ruta del correo que unía Suecia con San Petersburgo a través del interior de Åland. No habrá problema para encontrar donde pernoctar, pues hay campings, cabañas, pensiones en régimen de cama y desayuno e incluso alguna antigua casa señorial restaurada. Cruzar de isla a isla no es un problema, pues los ferries son parte natural del transporte público en Åland. Durante el trayecto no será raro que nos crucemos con algún águila surcando el cielo, con veleros buscando un puerto donde atracar, o con focas que toman el sol despreocupadamente sobre las rocas.

Una vida marinera
Que Åland vivió siempre, y vive aún, de cara al mar queda patente no solo por sus puertos, por Sjökvarteret -el barrio marinero de Mariehamn- sus numerosas embarcaciones y el gusto por las camisetas a rayas de su población, sino también en los museos.

Muy cerca del restaurante Segel Paviljongen se encuentra el Museo Marítimo de Mariehamn, donde se conserva una de las dos únicas banderas piratas auténticas del mundo, entre otros objetos preciosos. (Cerrado por renovación hasta el verano de 2011).
Anclado en el puerto, se puede visitar el Museo Navío Pommer, un clíper de cuatro palos y 94 metros de eslora en perfecto estado, uno de los últimos grandes veleros.

En el pueblo de Eckerö existe un museo dedicado a la Pesca y la Caza, en el pasado la única forma de supervivencia de sus habitantes.
Isla privada de Silverskar. Foto © Maribel Herruzo

Una isla solo para tus ojos
En Åland solo los ciudadanos de esta comunidad pueden ser propietarios de casas e islas para evitar que la zona se convierta en un lugar exclusivamente de veraneo. Sin embargo, algunas familias ponen a disposición de los visitantes sus propiedades durante unos meses al año. Eso es lo que sucede en Silverskar, una isla de 32 hectáreas situada al norte del archipiélago en la cual la familia propietaria se dedicó a la dura vida pesquera hasta 1950. Desde entonces, lo natural y lo genuino de la isla se han unido a las modernas facilidades para que los visitantes puedan disfrutar de una estancia cómoda, relajada y tan solitaria como ellos prefieran, disfrutando de una celebración nupcial, de una reunión de trabajo o de un encuentro con amigos.

 
Rincones de la isla anexa a Silverskar. Fotos © Maribel Herruzo
La pesca, la caza, el tiro al arco, navegar o practicar el senderismo son algunas de las actividades que pueden practicarse en esta o en otras islas de similares características. Para solitarios irreductibles o parejas en busca de intimidad existen lugares aún más pequeños, más retirados, más alejados del mundanal ruido y, sin embargo, a poca distancia de la civilización, como la pequeña isla cercana a Silverskar, que con una cabaña simple pero confortable, reune todos los requisitos para quienes buscan la soledad de verdad.
Isla privada de Silverskar. Fotos © Maribel Herruzo
Iglesias y fortalezas medievales
El único castillo medieval de Åland es el de Kastelholm, del siglo XIV, pero iglesias hay en abundancia en todo el territorio, sirviendo de torres de defensa en el pasado, y hoy como especial auditorio de conciertos, como la de la fotografía, la iglesia Saltvik, que data del s. XIII.

Diseño made in Åland
Son pocos y están muy dispersos, pero activos y muy creativos. Los creadores y artesanos de Åland han hecho del diseño una marca, Konsthantverk, que engloba distintos campos de creación: cerámica, joyería, textiles, lana, etc.

¿Cerveza? La nuestra
Sorprende que en un lugar relativamente pequeño y escasamente poblado haya una cerveza de fabricación propia, como la Stallhagen, que además crece en producción año tras año y empieza a exportarse a las vecinas islas del archipiélago de Turku. Y además está rica.

Jan Karlsgarden
También es interesante darse un paseo por Jan Karlsgarden, un museo al aire libre que reúne distintos edificios de madera antiguos, incluidas saunas y molinos, para recrear las formas de vida de los isleños en épocas pasadas. Aquí se celebra cada año la tradicional ceremonia del Solsticio de verano.

Este archipiélago es un lugar para descansar, tomarlo con calma, disfrutar de su bie nmás preciado, la naturaleza, dejarse seducir por algunas de sus tradiciones, como la sauna, la pesca o la navegación, conversar en las terrazas al sol y contemplar como éste alarga su presencia hasta lo inconcebible en los meses estivales.  Una delicia de lugar, de esos que parecen no existir. Y sin embargo, existe, repartido en 6500 fragmentos de tierra.

Cómo llegar: Se puede volar hasta Estocolmo (Suecia) o Helsinki (Finlandia) con la línea escandinava SAS y después tomar un barco de las compañías Viking o Silja, realizando cómodamente un crucero por el Báltico. Desde Estocolmo son unas seis horas, y toda una noche desde Helsinki.

Dónde dormir: 
Kvarnbo Gästhem, antigua casa señorial que acogió el primer banco de la isla
Berit & Jan-Erik Ekström, cabañas de madera en el bosque.
Silverskar, alojamiento en una isla privada
B&B Lugnoro, la taberna de la Ruta Postal
En todo el archipiélago hay diferentes modalidades de hospedaje: casas rurales (cottages), hoteles, B&B (habitaciones en casas familiares), campings y cabañas. Para informarse sobre ellos visitar la página   www.visitaland.comwww.alandshotels.fi.

Fechas señaladas en 2011: En verano, las islas acogen multitud de festivales de todo tipo: la tradicional celebración del solsticio de verano; el Mercado Vikingo de Kvarnbo, en Saltvik (a finales de julio), el mayor de toda Finlandia; Åland Sea Days, días para vivir le mar en profundidad, conocer alas tripulaciones, navegar, visitar los museos marítimos (del 12 al 17 de julio en Mariehamn); Rockoff (del 22 al 30 de julio), lo mejor de la música pop y rock escandinava; Harvest Festival (del 16 al 18 de septiembre) durante el cual se abren las granjas y casas rurales al público.

Más información: en la página  www.visitaland.com y en la página de Finlandia www.vistafinlandia.com

En una próxima entrada explicaré la historia de Danski y su velero Carolina. Hasta entonces, a soñar con un viaje a Finlandia, ¿por qué no?

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